Tratar las cicatrices no siempre es algo simple, pero elegir el tratamiento ideal es el camino más fácil para obtener los mejores resultados. Este proceso natural muchas veces es afectado por la edad o tendencia genética, pero con la ayuda de la medicina estética es posible encontrar soluciones eficaces y seguras.
Las cicatrices son resultados de reparaciones del tejido después de sufrir algún trauma, sea por cirugías o accidentes. Cuando la reparación tisular ocurre de manera anormal, un elevado depósito de colágeno se difunde y las fibras se arreglan como nódulos que aumentan de tamaño y se distribuyen de manera irregular.
Algunos factores contribuyen con el empeora de la cicatrización como la edad, partes del cuerpo que realizan más movimientos y esfuerzos como rodillas, codos y tórax, así como el exceso de sol, que dejan las marcas más visibles.
El tratamiento de las cicatrices puede hacerse a través de la radiofrecuencia, que debido a su efecto térmico, permite el realineamiento de las fibras colágenas, mejorando así el aspecto cicatricial. Este procedimiento permite disminuir el relieve de la piel, además de la alteración de la coloración, aproximándose a los tejidos adyacentes no lesionados.
Los equipos Límine e Effect de HTM son radiofrecuencias de alta potencia que calientan simultáneamente las regiones superficiales (dermis) y profundas (hipodermis), promoviendo diversas reacciones metabólicas y estructurales.
Según la consultora científica Aline Marques, el tratamiento puede ser realizado en cualquier época del año sin alterar la rutina diaria, pues es indoloro y no invasivo. La aplicación de la radiofrecuencia genera una sensación de calentamiento controlado y enrojecimiento local, que desaparecen en poco tiempo «.
Son indicadas de 6 a 10 sesiones, que se pueden ser realizadas 1 a 2 veces por semana, ya que la intención es la reorganización de las fibras de colágeno. El número de sesiones pueden variar conforme cuadro clínico y evolución de cada paciente.